La Ficción y la Verdad :: Spanish Essays

RESUMEN: La filosofà ­a clà ¡sica, adhiriendo a una concepcià ³n de la verdad como adecuacià ³n o correspondencia, con la garantà ­a de la subjetividad moderna en sus distintas variantes, ubicà ³ a la ficcià ³n como a una antà ­tesis devaluada de la verdad. Luego de una revalorizacià ³n de la ficcià ³n, en el siglo pasado, desde posiciones utilitaristas, abordamos una tesis de Paul Ricoeur, que correlaciona transculturalmente la actividad narrativa con el caracter temporal de la existencia humana. El eje fuerza de la obra analizada es la nocià ³n aristotà ©lica de mà ­mesis, desdoblada en tres dimensiones : I) prefiguracià ³n prà ¡ctica en torno a la vida cotidiana II) configuracià ³n textual y III) refiguracià ³n receptiva a travà ©s de la lectura. La mà ­mesis II , que abre el paso al "como si", opera como mediacià ³n entre el mundo de la vida -mà ­mesis I- y la lectura refiguradora -mà ­mesis III- y es la mediacià ³n entre el tiempo y la narracià ³n y entre la narracià ³n y la verdad. La confeccià ³n de la trama, como actividad mimà ©tica fabuladora, està ¡ regulada en un proceso de esquematizacià ³n, en el sentido kantiano, ya que subsume factores particulares en un todo -sensible e inteligible- bajo los parà ¡metros del tiempo. La ficcià ³n y la verdad se relacionan entoces libremente bajo la à ©jida narrativa, sin la sujecià ³n a un conciencia fundante, desplazà ¡ndose a travà ©s de una identidad narrativa, que no es una yoidad formal, ni es un cambio indeterminado, al estilode Hume o Nietzsche, sino una ipseidad, que va de la vida al texto y del texto a la lectura, en una relacià ³n de inmanencia trascendencia. En su referencia etimolà ³gica, el tà ©rmino ficcià ³n, remite a dos acepciones principales : a) dar forma, formar, modelar y b) simular, fingir (ficcià ³n poà ©tica). Las dos significaciones se ligan a una tercera : imaginar. Es và ¡lido localizar a la ficcià ³n en el à ¡mbito de lo irrreal, pero ademà ¡s, la filosofà ­a y el pensamiento clà ¡sicos han ubicado a la ficcià ³n y a la verdad como antità ©ticos, entendiendo a à ©sta à ºltima,como adecuacià ³n o correspondencia a una realidad en sà ­. en este sentido, la ficcià ³n fue relegada a mera imaginerà ­a o mentira literaria. El estatuto de la ficcià ³n comienza a variar, cuando a comienzos del siglo XIX, Jeremy Benthan, representante del utilitarismo inglà ©s, apelando a la insuficiencia de las definiciones por gà ©nero y diferencia, recurre a las ficciones. Dice este autor que las entidades reales se vinculan con lo real mediante conceptos simples, en cambio las ficticias designan indirectamente a las entidades reales.